La tensión de la correa permite una línea de conexión bidireccional. El manejo adecuado de la correa nos da la posibilidad de obtener información del estado físico y mental del perro. Y esto permite que la comunicación fluya también en sentido contrario.
La tensión de la correa transmite la “vibración” de la información. Y si la correa pierde tensión, la línea se corta.
Al llevar al perro delante, dentro de nuestro campo de visión, solemos obviar esa tensión. Pero el perro nos lleva a su espalda y necesita que se mantenga la tensión para estar “conectado” a través del tacto y poder centrar el resto de sentidos en la búsqueda.
Luna es una Pastora Suiza muy jovencita. Tiene varias dificultades, pero lo que más le cuesta son los perros. Luna y Julen han empezado a entrenar Mantrailing hace un par de meses.
En el vídeo podemos observar que cuando Luna siente la tensión de la correa, se centra en buscar y en el momento que no la nota, se centra en las dificultades.
Utilizamos la práctica del Mantrailing de una forma lúdica para la mejora de la convivencia entre perros y personas.
Trabajo específicamente, pero no en exclusiva, con perros que presentan (altas) dificultades con personas y perros. También con individuos que han tenido un desarrollo limitado de sus habilidades.